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Puntos para ser británico
El sistema de puntos británico no está claramente definido, es aún confuso ya que los criterios exactos no están bien delimitados. Si el dinero que posee el extranjero al momento de su instalación, la experiencia profesional y el voluntariado son elementos que permiten ganar puntos, otros criterios pueden causar su pérdida. Uno de los ejemplos más sorprendentes es el hecho de ser tachado de la lista de espera si el candidato, aspirante a la nacionalidad británica, es objeto “de malos comportamientos”, tales como manifestarse en contra de algo o de alguien. De hecho, estas personas ya no tienen el derecho de protestar contra las acciones del gobierno, ya que esto los puede privar del acceso a la nacionalidad. Aquellos que han manifestado contra las intervenciones militares de las fuerzas armadas británicas en el mundo, han pagado caro ya que esto ha jugado en su contra cuando deciden presentar su candidatura. En definitiva, para acceder a la nacionalidad británica, los solicitantes deben controlar sus libertades, primordialmente aquella de la libertad de expresión.
Varios sistemas probados uno tras otro
En este nuevo sistema, los residentes de Commonwealth tienen un estatus particular, ellos son electores y elegibles en todas las elecciones del Reino Unido. Por ejemplo, un residente de Commonwealth que no es británico y que por ende no es europeo puede ser elegido en el Parlamento Europeo. Esta ley fue puesta en marcha con el fin de favorecer la organización de la representación de las minorías. Estos residentes se salvan de nuevo ya que entre 1962 y 1981, le Commonwealth Immigrants Act limitaba fuertemente la concesión de permisos de residencia a los residentes de Commonwealth. Esta ley fue votada en noviembre de 1961 por el gobierno británico para satisfacer la opinión pública que estaba preocupada por la creciente afluencia de inmigrantes.
En 1981, el British Nationality Act reemplaza el Commonwealth Immigrants Act. Esta nueva ley divide en tres categorías la ciudadanía británica: los ciudadanos británicos, aquellos ciudadanos de los territorios británicos independientes (Países de Commonwealth) y por último los habitantes de los territorios en ultramar (las islas Maldivas, Gibraltar). Las dos últimas categorías obtienen la nacionalidad británica después de 5 años de permanencia sobre el territorio británico.
Las diferencias sociales siguen existiendo
Una vez que los candidatos a la nacionalidad han “ganado suficientes puntos” y han superado las diferentes etapas que debieron afrontar, ellos deben aún enfrentar las miradas de una gran parte de la población. La distinción es bien clara entre “britishness”, es decir el sentimiento de pertenecer a una comunidad nacional y “bristish citizenship” o “nationality”, nacionalidad en el sentido jurídico. La “britishness” es una especie de “núcleo duro” muy exclusivo. Según una encuesta cualitativa, la distinción para ser un “verdadero británico” se basa en tres criterios. El primer criterio es por supuesto poseer la nacionalidad, luego es necesario tener antepasados o sangre británica y el tercero está basado en la cultura, los valores y el estilo de vida los cuales deben corresponder al estilo británico.
La obtención de la nacionalidad británica está limitada entonces a un sistema de puntos y no atribuye sino un valor mínimo a la nacionalidad de manera simbólica. Es realmente una lástima que Gran Bretaña, uno de los “primeros de la clase” en Europa, con su política de lucha contra la discriminación que fue puesta en marcha en 1976 y que se funda en la “igualdad racial” y las “nociones del racismo institucional y de discriminación indirecta”, haya comenzado a perder puestos en la clasificación general.
Alexandrine Yala
Traducido por: Diego Fernando Grajales Jaramillo
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