Los sindicatos frente a los patrones

Las herramientas legislativas europeas poseen grandes limitantes ya que están inscritas en una economía capitalista. Las leyes tienen un cierto efecto pedagógico sobre la gente que quiere avanzar y luchar,  pero estas pierden un poco la motivación ya que las políticas europeas en materia de migración están basadas en la represión y la estigmatización del extranjero.

Cuando los casos de discriminación son llevados ante la justicia, no es fácil reunir las pruebas necesarias para justificar la discriminación laboral, es necesario hacer algunos esfuerzos. Es difícil encontrar los testigos ya que estos temen represalias de sus propios patrones, incluso si ellos están protegidos, su jefe puede despedirlos si él decide pagarles seis meses de salario adelantado. Será necesario entonces luchar contra las discriminaciones de manera colectiva para enfrentar a los dirigentes de las empresas.

En Bélgica, hay un alza en las denuncias por discriminación laboral, se pasó de 1649 a 4226 expedientes, en la mayoría de los casos, las personas nos contactaron porque ellos tenían miedo de ser despedidos si intentaban hablar de sus derechos directamente con sus jefes. Los sindicatos disponían de mecanismos para estudiar las denuncias individuales, pero también podían iniciar procesos jurídicos en colaboración con el Centro por la Igualdad de Oportunidades y la Lucha contra el Racismo. Para luchar contra las discriminaciones, los sindicatos sancionan a los patrones, pero también proponen jornadas de formación a los empleados para evitar la discriminación entre ellos mismos.

Las leyes europeas estigmatizan a los inmigrantes, estas son discutidas y adoptadas por los políticos europeos y no por los sindicatos.

Fuente: Julien Grégoire (Assises de l’Égalité el 11 de julio de 2013)