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Italia: una inmigración bajo control

La ley turco-napolitana, que lleva el nombre del actual Presidente de la República, Napolitano (reelegido por 7 años más en abril de 2012, nota de la redacción), ha fusionado varios textos legislativos, entre los cuales está la ley del 6 de marzo de 1998 sobre la inmigración y el estatus del extranjero, integrada al decreto legislativo número 286 del 25 de julio de 1998 y conocida bajo el nombre de “texto único”. Esta ley preveía el control de la llegada de extranjeros en busca de trabajo, durante la inmigración clandestina. Igualmente favorecía la creación de centros permanentes y temporales (en italiano llamados “chipiti”), a donde eran trasladados los indocumentados con el fin de ser identificados y recluidos por un término de tres meses. Esta ley precisaba las condiciones de expulsión y aquellas para la expedición de un permiso de residencia. De igual forma planteaba las condiciones para la integración escolar, el derecho a la seguridad social y la asistencia sanitaria, así como la protección jurisdiccional. Las solicitudes fueron alrededor de 215.000.
A continuación, tuvimos la ley Bossefini, cuyos objetivos eran reforzar los controles fronterizos gracias al fortalecimiento de la acción policial, ayudar a los estados que colaboraban en la lucha contra la inmigración y la expulsión inmediata de los indocumentados, extender sesenta días el período de permanencia de los inmigrantes ilegales en los centros permanentes y temporales de reclusión y aumentar la pena para los traficantes de indocumentados.
Antes, en Italia no se tomaban las huellas digitales de los extranjeros y fue con la ley del 2002 que este procedimiento de identificación fue adoptado.
Youssoupha Thiam
SOS Racismo Sicilia
Fuente: Universidades de Otoño de la Fédération Nationale des Maisons des Potes
Traducido por: Diego Fernando Grajales Jaramillo
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